De Madrid a Santorini con escala en Atenas.


Jueves 8 de Octubre de 2015

Vistas de Santorini desde nuestro hotel (Thea Apartments)

Nuestro primer día de viaje transcurrió entre aeropuertos, vuelos y esperas. Teníamos por delante dos trayectos con Aegean Airlines, que nos llevarían a terminar el día aterrizando en Santorini ya de noche, después de una escala de dos horas y media en Atenas

Llegamos a Barajas sobre las diez de la mañana, un par de horas antes de que despegase nuestro primer vuelo y con tiempo mas que suficiente para facturar una única maleta hasta el destino final del día (Santorini) y dedicar el resto de la mañana  a desayunar tranquilamente en una cafetería del aeropuerto. 

Antes de las doce estábamos embarcando ya en un primer vuelo con Aegean Airlines que nos llevó de Madrid a Atenas sin ningún contratiempo. Era la primera vez que volábamos con ellos y el viaje fue perfecto. El vuelo salió sin retrasos y llegó en hora. El trayecto fue tranquilo, tanto que antes del despegue ya me había dormido (nunca antes me había ocurrido algo así) y no me desperté hasta un par de horas mas tarde cuando comenzaron a repartir las comidas. 

Después de una escala de dos horas y media en la que nos sobró tiempo para aburrirnos en el Aeropuerto de Atenas, embarcamos de nuevo sobre las siete de la tarde, por segunda vez en el día, en un nuevo trayecto hacia Santorini

Aterrizamos en la isla después de apenas cuarenta minutos de viaje, ya de noche con el único objetivo de recoger en la oficina de Thirfty del mismo Aeropuerto, el Hyundai i10 que nos acompañaría los siguientes días por la isla. En un principio nos pareció un coche demasiado pequeño, con un maletero en el que apenas entraba nuestro equipaje. Después nos daríamos cuenta de que era el tamaño perfecto para circular por las estrechas y sinuosas carreteras de Santorini, y entendimos por qué la mayoría de los coches que había estacionados en el parking del aeropuerto eran de tan pequeño tamaño.

Llegamos a Imerovigli en veinte minutos y, tras instalarnos en el hotel, salimos a cenar a un restaurante cercano que nos recomendó la dueña del alojamiento, el Avocado Restaurant, donde tuvimos nuestro primer contacto con las gastronomía griega. 



Avocado Restaurant (Imerovigli)

Cenamos ensalada griega con queso feta y una hamburguesa, al aire libre (con mas de veinte grados), y a pesar de que la temperatura invitaba a quedarse mas tiempo allí, el cansancio del viaje pudo pronto con nosotros y regresamos al hotel no demasiado tarde.

El hotel nos encantó nada mas llegar, aunque fue a la mañana siguiente cuando disfrutamos de lo mejor del lugar, las vistas de la Caldera. 



Hotel Thea Apartments (Imerovigli)

Y aunque ya en la noche la perspectiva que teníamos era preciosa, no se llegaba a apreciar el blanco de las casas, la arquitectura cíclada, el azul del mar,... Desde la terraza del hotel alcanzábamos a ver una formación de roca oscura alzándose sobre el agua, a la mañana siguiente descubriríamos que la gran Roca Skaros se encontraba justo en frente de nuestro alojamiento. 


Roca Skaros (fotografía hecha a la mañana siguiente)



  
   
        
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