Que ver en Santorini (Día 2): Fira, Emporio, Playa Negra y Oia.


Sábado 10 de Octubre de 2015

Buena parte de la mañana del que sería nuestro último día en Santorini la dedicamos a recorrer la capital de la isla, Fira. 

Fira

Fira (o Thira) es una de las visitas imprescindibles en Santorini, aunque el pueblo es bastante mas grande que Oia, y no le alcanza en belleza. Lo que si tiene Fira son muchas mas tiendas y restaurantes, hay muchas calles comerciales y gente por todas partes. Se nota que los grandes cruceros llegan a su puerto y los visitantes que pasan tan solo unas horas en la isla se centran únicamente en conocer esta localidad.



Desde el puerto hay un teleférico que sirve de transporte para aquellos que no quieran llegar a Fira subidos a lomos de un burro.

Paseamos por el pueblo y lo recorrimos prácticamente entero en bastante menos tiempo del que pensábamos que necesitaríamos y, a media mañana, nos pusimos en ruta hacia nuestra siguiente visita del día. 

Fira

Quería conocer algún pueblo del interior de la isla, de esos auténticos donde no hay tiendas de souvenirs y donde apenas llegan turistas, y como no teníamos tiempo para visitar varios, nos decantamos por Emporio


Emporio

Emporio

Calles solitarias fue lo que encontramos al llegar. Durante el tiempo que estuvimos allí apenas vimos a un puñado de niños en el patio de un colegio que nos saludaban a gritos y en inglés, y que parecían bastante extrañados por ver turistas en la zona. 


Calles de Emporio

El pueblo es bonito, sin más, nada comparable a Fira y mucho menos a Oia. Hay otras localidades de interior como Megalochori o Pyrgos que también pueden servir para alejarse durante unas horas de las zonas mas turísticas de Santorini, pero nosotros no las visitamos.

Donde si fuimos fue a la Playa Negra, que encontramos mucho mas turística que la Red Beach. Con restaurantes a pie de playa, tumbonas, duchas, y muchas muchas piedras. Tratamos de dar un paseo por allí pero se nos hizo bastante incómodo caminar sobre las rocas. Tanto la Playa Negra como la Playa Roja que visitamos el día anterior nos parecieron bonitas para verlas y fotografiarlas,  pero bastante incómodas para disfrutarlas. 

Playa Negra

Para comer elegimos un restaurante junto al cual habíamos pasado ya varias veces en el tiempo que llevábamos en Santorini, el Caldera View Restaurant. Nos llamaba la atención sobre todo el lugar donde se encontraba y las vistas que tenía, y nos decidimos por pedir pizza griega, moussaka y yogur con miel. 



Caldera View Restaurant

No voy a decir que comimos mal, aunque tampoco fue nuestra mejor elección. La moussaka fue la peor que comimos en todo el viaje, pero las vistas que pudimos disfrutar el tiempo que estuvimos allí lo compensaron.

Pizza griega y Mythos

Santorini es famosa también por sus vinos y algo bastante frecuente que se suele hacer en la isla es acudir a una cata. Nosotros teníamos intención de visitar en algún momento una de las bodegas mas famosas de la isla, Santo Wines, situada muy cerca del Restaurante Caldera View en el que habíamos comido. 

Por lo que leí cuando preparaba el viaje, parece ser que la cata consiste en degustar seis tipos de vinos que vienen acompañados de pan, queso y tomate, y que el lugar es famoso y muy visitado principalmente por las vistas que desde allí se pueden disfrutar.

Al final no encontramos el momento de ir porque teníamos intención de pasar la última tarde en Oia y porque en ese momento, justo después de comer, catar vinos no nos apetecía demasiado. Quedó pendiente para otra ocasión.

Volvimos a Oia para recorrer el pueblo durante el resto de tarde, a pesar de que ya habíamos pasado unas horas la tarde anterior allí, apenas habíamos callejeado y teníamos mil rincones por descubrir. Y entonces cometimos el mayor error de planificación del día.

La idea era comenzar la ruta visitando Amoudi, el puerto de Oia, un rincón de la isla donde se concentran algunos restaurantes y donde para llegar hay que bajar (y subir después) cientos de escalones. Lo que yo no sabía (lo descubrí cuando llegamos abajo) es que a Amoudi, también se puede llegar por carretera evitándote la subida a pie bajo un Sol que ya pegaba fuerte a las cuatro de la tarde.


Amoudi

Me hubiese gustado comer pescado en alguno de los restaurantes del puerto, pero no conseguimos encajarlo en la ruta. Una vez abajo y después de hacer mil fotos, decidimos sentarnos a tomar un café frappé en una de las terrazas que encontramos mientras cogíamos fuerzas para emprender la subida. 

Amoudi

Aquí, como en el puerto de Fira, también se puede optar por montar en burro para ascender hasta Oia. Por suerte, en el tiempo que estuvimos allí, vimos a muy poca gente optar por subir de este modo.


Burros en Amoudi

Ya de vuelta en Oia callejeamos por el pueblo, perdiéndonos por sus calles, viendo tiendas, paseando sin más. 


Oia

Oia

Sin duda este pueblo se ha convertido en uno de los más bonitos que hemos visitado hasta el momento.

Oia

Si por algo es famosa Oia es por sus puestas de Sol, y la mayoría de los viajeros que vienen a Santorini acaban por estas calles al atardecer en alguna ocasión. 


Oia

Nosotros ya habíamos tenido la experiencia de ver atardecer desde el castillo de Oia la tarde anterior, pero Miguel Ángel quería fotografiar a esa hora las tres cúpulas azules que aparecen en muchas de las imágenes de la isla. 

Fue difícil encontrar sitio en una calle tan estrecha y con tanta gente para plantar el trípode y esperar durante más de tres cuartos de hora a que anocheciese, pero conseguimos que una anciana nos dejase acceder a la terraza de su casa a cambio de que impidiésemos el paso a cualquier otro turista que intentase pasar durante ese tiempo.

La mujer debía de estar bastante cansada de que los turistas entrasen en su propiedad sin permiso, y por algún motivo nosotros le caímos bien e hizo una excepción. Así que me pasé los siguientes tres cuartos de hora cortando el paso a todo el aquel que intentaba pasar como si fuese yo la dueña de aquello, mientras Miguel Ángel hacía sus preciadas fotos sin gente alrededor. 

Atardecer en Oia

Por la noche, ya de vuelta en Imerovigli, repetimos en el Restaurante Avocado donde ya habíamos cenado un par de noches antes, y regresamos al hotel a preparar el equipaje para el siguiente día.

Por la mañana saldríamos de Santorini muy temprano, con pena por no tener mas tiempo para visitar alguna otra isla cíclada, pero seguros de que algún día volveremos a conocer nuevos rincones en Milos, Mikonos o Paros. 



  
   
        
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