De Estambul a Capadocia. Goreme y el Valle Rojo (Día 1).

Lunes 19 de Octubre de 2015

Habíamos dejado lo mejor para el final del viaje. Durante los diez días que llevábamos en ruta habíamos visitado lugares increíbles, habíamos estado en Santorini, Delfos, Meteora, Atenas y Estambul, pero los dos teníamos una ilusión especial por conocer la Capadocia, y esa mañana de lunes nos levantamos especialmente ilusionados.

Nuestro vuelo con destino Kayseri despegaba a las 11,40 horas de la mañana desde el Aeropuerto de Sabiha Gokcen de Estambul, el mismo en el que habíamos aterrizado cuatro días antes para llegar a la ciudad.




Ya la noche anterior nos habíamos informado en la recepción del Erboy Hotel de los shuttles colectivos que tenían como destino ese aeropuerto en horario de mañana. Finalmente decidimos reservarlo porque los horarios nos venían perfectos, porque nos aseguraron que seríamos los últimos a los que recogería el transporte y nos evitaríamos dar vueltas por la ciudad antes de llegar al aeropuerto, y porque el precio no pudo ser mejor (12 € por persona).

Llegamos al aeropuerto en casi una hora y sobre las 9 de la mañana ya estábamos buscando el mostrador de Pegasus Airlines para facturar nuestra maleta. Se nos hizo bastante largo el tiempo de espera que pasamos en el Aeropuerto, y sin embargo el vuelo, de una hora y cuarto de duración, se nos pasó volando.

Sobre las 13,30 horas ya estábamos aterrizando en Kayseri dispuestos a recoger nuestro último coche de alquiler en el mostrador de Sixt, un Renault Symbol que nos llevaría a recorrer paisajes increíbles propios de otro planeta, pueblos perdidos y lugares parados en el tiempo. La región turca de la Capadocia quedaría grabada en nuestra memoria después de esos casi tres días que pasamos recorriéndola. Muy poco tiempo para disfrutarlo como nos hubiese gustado. Tendremos que volver...

Una hora en coche separaba la ciudad de Kayseri de Goreme, el pueblo donde nos alojaríamos durante nuestra estancia y donde teníamos reservado el hotel. Hay otro aeropuerto mas cercano a Goreme en la Capadocia, el aeropuerto de Nevsehir, pero decidimos volar a Kayseri porque en Nevsehir las frecuencias de vuelos eran bastante menores y la oferta de coches de alquiler mas escasa y mucho mas cara. 

Gracias al GPS llegamos sin ningún contratiempo, parando antes a comer en un restaurante en la localidad de Avanos que elegimos por casualidad solo por estar situado junto a la carretera. 

Y la verdad es que no pudimos elegir mejor. Nos sentamos en la terraza del Kapadokya Sofrasi a disfrutar de una de las mejores comidas que probamos en Turquía y de los mas de veinte grados de ese mes de Octubre. 


Me enamoré de Goreme nada mas llegar al pueblo y ver que, a pesar de ser un lugar tan turístico, parecía de lo mas auténtico. Habíamos elegido el Mithra Cave Hotel para alojarnos, un hotel cueva situado en la parte alta del pueblo y con unas vistas increíbles desde su terraza que alcanzaban a ver los valles cercanos.




El recibimiento no pudo ser mejor y nada mas llegar, mientras esperábamos para hacer el check in, nos obsequiaron con un par de zumos y una bandeja de dulces típicos de la zona. 

Nos instalamos en una habitación cueva amplia, limpia y con una chimenea que nos encantó.

Para esta primera tarde no teníamos demasiados planes y nos conformamos con pasear por el pueblo y tener una primera toma de contacto con la zona.


Entramos en tiendas de recuerdos, hicimos algunas compras, visitamos alguna tienda de alfombras y paseamos por las calles altas de Goreme. 





Al atardecer cogimos el coche para acercarnos al Sunset Point del Valle Rojo, un mirador muy cercano al pueblo desde donde se tiene una bonita vista del atardecer sobre dicho valle. 


Para nuestra sorpresa, poco antes de llegar nos encontramos con que el acceso era de pago, por suerte fue en el único mirador de la Capadocia en el que tuvimos que pagar. 



Sunset Point del Valle Rojo 

Aún así merece la pena hacerlo porque las vistas son impresionantes y fue un buen broche final para nuestro primer día en la región.

Ya de noche regresamos a Goreme para cenar en un Restaurante que había visto bastante recomendado en Tripadvisor, el Seten Anatolian Cuisin, situado muy cerca de nuestro hotel.


Restaurante Seten Anatolian Cuisin



Cenamos bien pero fuimos incapaces de terminarnos todos los platos que pedimos. Las raciones eran enormes y no fueron capaces de avisarnos de que era demasiada comida cuando pedimos dos platos individuales y otro para compartir. El tercero apenas lo probamos.

Entre esos platos pedimos por primera ver mezzes, unos diez o doce aperitivos o entrantes diferentes típicos de la gastronomía turca que no llegaron a entusiasmarnos demasiado.


Mezzes turcos

Y con el estómago más que lleno nos fuimos a dormir, pensando en dedicar el siguiente día a recorrer más valles plagados de formaciones únicas. 


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