Marken, una isla en el Mar del Norte.

Sábado 25 de Enero de 2014

Cuando preparamos la ruta que íbamos a seguir en el viaje no pensamos que las tres horas que separaban el Aeropuerto de Charleroi con el pueblo de Marken se convertirían en más de cinco por culpa de las obras que a la altura de Bruselas se estaban llevando a cabo justo ese sábado en la autovía. 

La idea que teníamos era dedicar este día a ver los pueblos de Marken y Volendam y llegar a dormir a Zaanse Schans para visitarlo a la mañana siguiente. Pero cuando a las 11 de la mañana vimos que llevábamos más de una hora completamente parados en la carretera nos dimos cuenta de que el viaje no estaba comenzando del todo bien.


Pasamos un buen rato acordándonos de la mala suerte que no dejaba de perseguirnos en esos últimos días, hasta que decidimos relajarnos y esperar. Paramos a comer algo rápido en el camino y sobre las tres de la tarde llegamos por fin a Marken mucho mas tarde de la hora prevista.

Marken es un precioso pueblo situado en una isla a menos de 30 minutos de Ámsterdam. El pueblo se encuentra en la provincia de Noord Holland, bañado por el Mar del Norte y pertenece a la municipalidad de Waterland, junto con el vecino municipio de Volendam, que también teníamos previsto visitar este día.

La isla (ahora península) se encuentra unida a tierra mediante un dique y el paisaje que te encuentras al llegar al pueblo por primera vez tras cruzarlo es realmente único…

Marken

Sus casas verdes construidas en madera hacen que cada rincón de la isla parezca una postal….


Y lo mejor de la isla es perderse por sus calles y ver cada rincón con sus casas y sus cuidados jardines.



Pasear por la zona del puerto es también imprescindible. Desde aquí salen los barcos que unen la isla con el cercano pueblo de Volendam en un trayecto de apenas veinte minutos que debe ser precioso y que, viajando en otra época del año, hubiésemos realizado sin pensarlo.

Toda la zona del puerto está llena de locales y tiendas de recuerdos en las que aprovechamos para hacer algunas compras a muy buen precio. En ningún lugar de Ámsterdam compramos los días siguientes más barato que aquí.


 Puerto de Marken
  
Es una pena que el mayor recuerdo que nos ha quedado de la visita a Marken sea el frío que pasamos allí mientras visitábamos el pueblo (y de verdad que estamos más que acostumbrados a convivir con el frío a diario). Soplaba un viento fortísimo que hacía que apenas pudiésemos mantener las manos fuera de los bolsillos para sujetar la cámara y hacer algunas fotografías y, según iba atardeciendo y escondiéndose el Sol, la temperatura bajaba más y más.   



Por un error de planificación del viaje, la visita a la isla de Marken no terminó del todo bien. Cuando poco después de las cuatro de la tarde el Sol ya empezaba a ponerse, decidimos acercarnos a visitar el faro de la isla. A Miguel Ángel le hacía una ilusión especial visitar este lugar y poder fotografiarlo al atardecer.

Mientras hacíamos algunas compras en el puerto preguntamos la distancia a la que se encontraba el faro desde el parking situado a la entrada de Marken donde habíamos dejado estacionado el coche al llegar. Lo que yo no sabía, y no había leído en ninguna parte, es que la única forma posible de llegar hasta el faro era hacerlo caminando en un trayecto de más de 20 minutos (solo ida) desde el puerto. De haberlo sabido, sin duda hubiésemos comenzando la visita a Marken acercándonos a este lugar.

Los diez grados bajo cero que teníamos ya a esas horas y el hecho de que la vuelta desde el faro la tuviésemos que hacer ya de noche cerrada hicieron que nos quedásemos sin verlo, y ese es uno de los muchos motivos por los que sabemos que algún día volveremos en otra época a visitar esta zona.

Con una pena enorme por no haber podido visitar este lugar nos marchamos de Marken sobre las cinco de la tarde y en el tiempo que tardamos en llegar a Volendam anocheció completamente. Los días tan cortos del mes de enero tampoco nos ayudaron mucho a que el viaje saliese todo lo bien que esperábamos.

Llegamos a Volendam con las ganas justas de dar un pequeño paseo por el puerto y por algunas calles y comprobar que el pueblo estaba completamente vacío ya a esas horas de la tarde, sin apenas gente y con todas las tiendas y restaurantes cerrados. Estuvimos en Volendam pero no podemos decir que lo visitásemos porque apenas pudimos ver nada y ni si quiera nos molestamos en tomar algunas fotos.

Llegamos unos veinte minutos más tarde a nuestro hotel de Zaanse Schans donde cenamos y pasamos esa noche con la esperanza de que el tiempo nos diese una tregua a la mañana siguiente.



  
   
        
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