Un poquito de Bretaña; Vitré y Fougeres

Miércoles 6 de Octubre de 2010

El dedicar tan poco tiempo a visitar la Bretaña francesa es una asignatura que a Miguel Ángel y a mi nos ha quedado pendiente. Si algún día volvemos a hacer un viaje por Francia creo que lo dedicaremos en gran parte a recorrer esta zona que nos quedó pendiente por visitar. Los pueblos de Rochefort en Terre, Malestroit, Belle Ille en Mer, Saint Malo, entre otros muchos, son lugares que me hubiese gustado poder incluir en este viaje pero por falta de tiempo fue imposible.

Aún así, teníamos la posibilidad de dedicar el día que íbamos a pasar en el trayecto hacia el Monte Saint Michel a hacer algunas paradas para visitar un poquito de esta preciosa zona de Francia, y los pueblos elegidos, fundamentalmente porque eran los que nos pillaban más en el camino hacia nuestro destino (Avranches) fueron las ciudades fortificadas de Vitré y Fougères.

VITRÉ

Desde Amboise hasta Avranches teníamos algo mas de tres horas y media de viaje pero con las paradas que realizamos dedicamos prácticamente todo el día a hacer estas visitas. Después de dos horas y media estábamos en Vitré dispuestos a conocer su castillo y su casco antiguo medieval. En aquella época, la entrada al castillo estaba en obras pero los andamios no afectaban a las fotos que pudimos hacer desde el interior.
Castillo de Vitré

Y desde la parte superior del castillo pudimos capturar alguna panorámica de todo el pueblo de Vitré..

Vista de Vitré desde el castillo

FOUGÈRES

Estuvimos bastante tiempo callejeando por el pueblo y salimos hacia Fougères donde llegamos media hora más tarde justo a tiempo para comer. Fougères es algo mas grande que Vitré, tiene mas aspecto de ciudad, pero su casco antiguo también guarda su encanto.

Cuando terminamos de comer dimos un paseo bordeando el castillo junto a un río, nos acercamos a visitar la iglesia y volvimos a la entrada del castillo para visitarlo desde el interior, pero nos lo encontramos cerrado y ni tan si quiera eran las cinco de la tarde.


Castillo de Fougères

Nos quedamos sin poder visitar el castillo y con la sensación de haber hecho una visita muy superficial a esta zona, y decidimos seguir nuestra ruta hacia Avranches donde habíamos reservado la siguiente noche en el precioso Hotel La Ramade.

Mi gran ilusión de aquel viaje, el Monte Saint Michel, estaba ahora a sólo unos minutos de allí, sólo unos kilómetros me separaban de él y tenía ganas de salir corriendo para poder verlo, pensaba que no iba a poder esperar toda una noche hasta que llegase el día, pero tuve que hacerlo, y el día siguiente se convirtió para mi en el más especial de todo el viaje.