Que ver en Capadocia (Día 2): Museos de Goreme y Zelve, valles del Amor, Devrent y Pasabag.

Martes 20 de Octubre de 2015




Nuestra primera mañana en la Capadocia fue un tanto agridulce. Teníamos intención de levantarnos para ver el amanecer y ver despegar los globos desde el Sunset Point de Goreme, pero el cansancio pudo con nosotros y nos dormimos. Cuando quisimos reaccionar ya era demasiado tarde para llegar al conocido mirador. Tampoco sabíamos muy bien por qué carretera teníamos que acceder y temíamos perdernos y perder también la salida del Sol. Así que siguiendo los consejos del recepcionista del hotel nos quedamos a verlo desde la terraza de nuestro alojamiento

Amanecer en Goreme.

Nos había comentado que era el mejor lugar del pueblo para ver amanecer tratando de vender las virtudes de su establecimiento, y nosotros fuimos tan tontos que nos lo creímos (a pesar de que sabíamos que desde el mirador tendríamos mejores vistas).


Fue un amanecer especial por lo bonito del momento, pero fotográficamente hablando fue un auténtico desastre. La perspectiva no era ni de lejos la mejor para fotografiar los globos y después de darnos cuenta del error de planificación del día, nos fuimos a desayunar pensando en que a la mañana siguiente tendríamos una segunda oportunidad. Pero no fue así.


Museo al Aire Libre de Goreme.

La primera visita en la ruta del día era conocer el Museo al Aire Libre de Goreme, donde compramos una entrada combinada que por 25 liras nos permitiría el acceso a éste y al Museo al aire libre de Zelve que visitaríamos poco después.




El museo es un complejo de diferentes iglesias, capillas y casas excavadas en la roca que se encuentra a algo mas de un kilómetro del centro del pueblo.

Museo al Aire Libre de Goreme

La mayoría de las iglesias conservan frescos que aún decoran sus paredes y en prácticamente todas hay vigilantes que controlan que no se realicen fotografías en el interior (nosotros conseguimos algunas). La Iglesia mas importante de todas, Karanlik Kilise o Iglesia Oscura, tiene un suplemento extra en el coste de su entrada.

Frescos en el interior de una iglesia en el Museo al Aire Libre de Goreme

El recorrido, entrando a todas y cada una de las capillas, puede llevar un par de horas, con lo que es recomendable visitarlo a primera hora de la mañana, cuando los autobuses de las excursiones organizadas aún no hayan llegado.

Museo al aire libre de Goreme

Valle de Pasabag.

Desde allí pusimos rumbo al Valle de Pasabag o Valle de los Monjes, uno de los valles mas conocidos de la región y parada obligada también de todas las excursiones organizadas. De hecho, junto al parking que hay al inicio del valle y desde el cual sale un sendero que recorre las formaciones rocosas, hay también instalados unos cuantos puestos de souvenirs y de artesanía local.



Y junto a ellos, otros que se encargan de ofrecer tours por la zona a lomos de un camello.

Camellos en el Valle de Pasabag

En el Valle de Pasabag se encuentran algunas de las chimeneas de las hadas mas famosas y fotografiadas de la Capadocia, enormes rocas terminadas en forma de hongos.

Valle de Pasabag



Su acceso es muy sencillo pues se encuentra perfectamente indicado en la carretera que une Goreme con el Museo al Aire Libre de Zelve, la que sería nuestra siguiente parada. Pero antes de marcharnos, no pudimos evitar detenernos a fotografiar una comisaría de lo más "peculiar"...

                 


Museo al Aire Libre de Zelve.

En el Museo al Aire de Zelve, al contrario que en el de Goreme, apenas había turistas y quizás por eso lo disfrutamos más.



Lo que sí nos pareció es que era mucho mas grande que el primero que habíamos visitado y fuimos incapaces de recorrerlo al completo. Hubiésemos necesitado mas de tres horas para hacerlo. 

Tan solo visitamos dos de los tres valles por los que está formado el Museo siguiendo la señalización con la que cuenta el complejo.



Aquí, a diferencia de Goreme, hay muchas mas viviendas trogloditas excavadas en la roca y las iglesias no cuentan con frescos que decoren sus paredes.



Pero al margen de acceder al interior de estas dependencias, lo que más nos gustó de el Museo al Aire Libre de Zelve fue el conjunto en sí formado por esas grandes rocas de colores rojizos que parecían formar un paisaje de otro planeta.


Valle de Devrent.

De regreso a Goreme, donde teníamos intención de comer, paramos en el Valle de Devrent (o valle de la Imaginación). Recorrimos apenas un kilómetro por el sendero que atraviesa el valle, en una ruta muy sencilla y con muy fácil acceso. 

Lo que hace diferente al Valle de Devrent del resto son las similitudes que se han encontrado entre sus formaciones rocosas y la imagen de algunos animales. La más famosa de todas ellas es la formación conocida como "el camello" que se encuentra prácticamente junto a la carretera.




Al regresar a Goreme, ya bastante tarde, nos esperaba posiblemente una de las peores comidas que probamos en todo el viaje, en un restaurante del pueblo que no voy a recomendar. 

Mas tarde regresamos al hotel a descansar un rato, habíamos caminado mucho durante la mañana y necesitábamos un par de horas de descanso para esa misma tarde visitar con nuevas energías el Valle del Amor.


Valle del Amor.

En la carretera que une Goreme con la vecina localidad de Cavusin se encuentra el desvío a uno de los valles mas conocidos de la Capadocia, el Valle del Amor. 

Unos diez minutos después de dejar Goreme, a mano izquierda, la carretera da paso a un camino de tierra por donde condujimos unos cinco minutos hasta que encontramos una señal que prohibía el paso a vehículos. A partir de ese momento, comenzamos una pequeña ruta a pie entre estas chimeneas de las hadas que se han hecho tan conocidas por sus formaciones fálicas.



Estábamos caminando entre un paisaje único, rodeados solamente de naturaleza y completamente solos.


Nos pareció curioso que un lugar tan alejado de todo se hubiese instalado, en una construcción de lo más típica.


Goreme Sunset Point.

Cuando dejamos el Valle del Amor comenzaba ya a atardecer y decidimos terminar el día en el mismo lugar en el que deberíamos haberlo empezado, en el Mirador de Goreme (el Goreme Sunset Point).

El mirador cuenta con una pequeña tienda y con una zona de picnic. Nosotros compramos algo de comida para llevar y mientras esperábamos al atardecer, nos sentamos en una de las mesas y aprovechamos para cenar. 

De camino a Goreme desde el Valle del Amor

Las vistas desde allí eran espectaculares, veíamos todo el pueblo de Goreme y la gran extensión de terreno desde donde cada mañana despegan los globos.

Mientras cenábamos, al aire libre, y fotografiábamos el paisaje, no dejábamos de pensar en que a la mañana siguiente volveríamos bien temprano, antes de la salida de Sol, y podríamos por fin conseguir una de las imágenes que más ilusión nos hacía llevarnos de la Capadocia. 

Goreme desde el Sunset Point

Pero las cosas no siempre salen como se planean, y ese día (casi el último del viaje) no comenzó del todo bien...

PUEDES LEER EL RELATO COMPLETO DEL VIAJE:



  
   
        
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